El fetiche por los pies es un gusto particular relacionado con la sexualidad que pocos conocen realmente.
Los gustos en la intimidad son muy variados en todas las personas y entre los que más llama la atención está la atracción por los pies, algo que los hombres desarrollan con mayor frecuencia. Estos son los básicos que debes saber sobre el fetiche por los pies o podofilia.
La palabra fetiche se usa para referirse a un gusto particular relacionado con la sexualidad, como la excitación por los pies, por usar ciertas prendas o ser atado.
De acuerdo con la BBC, existen muchas teorías sobre el origen del fetiche por los pies, entre las que destacan las experiencias de la infancia o que el pie y los genitales ocupan áreas contiguas en el cerebro que los enlazan.
Básicos sobre el fetiche por los pies o podofilia
El fetiche por los pies se considera una parafilia, que consiste en sentir excitación por cosas, situaciones o partes del cuerpo que usualmente no se relacionan con el sexo. Específicamente, se denomina como podofilia.
Cuando se disfruta la podofilia hay excitación sexual al ver, oler, acariciar, besar, lamer o chupar los pies de la pareja.
Es importante destacar que no es lo mismo el gusto por algo que un fetiche o parafilia. En este último caso, se depende de manera obsesiva y permanente de esa atracción para lograr placer o excitación, según el doctor Fernando Rosero, médico especialista en salud sexual.
Variaciones en el fetiche por los pies
Sentir atracción por los pies puede causar vergüenza en quien lo experimenta, sin embargo, la podofilia no solo es un fetiche muy común, sino que, a diferencia de otras filias, es de las más sanas porque no representa un peligro, simplemente se les da un papel protagónico a los pies dentro de las actividades sexuales comunes.
No obstante, entre los que encuentran excitantes los pies también puede haber un aspecto de sumisión que les resulta atractivo y que puede implicar humillaciones, como estar literal y metafóricamente, bajo los pies de su pareja como muestra de una dinámica de poder dominante-sumiso.
A algunos fetichistas de pies también les gustan los zapatos, los calcetines y las medias o cualquier cosa que envuelva los pies. En este caso, el objeto del deseo se extiende y puede llegar a ser muy específico, como los pies en tacones, o los pies en medias de red.
En otros casos, se pueden disfrutar de las sandalias para poder ver los dedos, incluso hay quienes prefieren zapatos de trabajo o botas viejas.
Otras prácticas de pies más extremas pueden incluir colocar el pene bajo el pie o incluso el tacón de un zapato o ser obligado a lamer las suelas de los zapatos como símbolo de sumisión total.
En general, el fetiche por los pies puede ir desde cosas muy sencillas y hasta tiernas como besar, acariciar y lamer los pies de la pareja para excitarse, hasta cosas más intensas o incluso, sadomasoquistas.
¿Cuándo saber que es un problema?
De acuerdo con el doctor Rosero, lo importante es saber en qué momento una afición o un gusto particular en el sexo, como la podofilia, se vuelve un problema.
Cuando se depende exclusivamente del fetiche para lograr placer, si se tiene remordimiento y si ese remordimiento lleva a volver a buscar el fetiche, pueden ser señales de que hay que buscar ayuda profesional.
“Lo importante es saber que hay tratamientos que pueden ir desde terapias hasta medicamentos”, puntualiza el experto.
¿Conocías todo sobre el fetiche por los pies o la podofilia?